28.7.10

Final

8 limas
Todavía reparo en ciertas cosas, aun es tiempo de enojos por cuestiones que el día de mañana dejarán de interesarme.
Todo eso que te estoy diciendo va a dejar de existir.
Eso que te pido de alguna manera va a terminar muriendo, son de esos días que apago mi sentir de a ratos, quisiera poder aniquilarlo todo, todo.
Es mucho más fácil cuando no hay nada.
Quiero que acabe. Quiero que esto no me importe más.

Quiero arrancar todo eso que armé en mí, nada de esto tuvo un sentido. No es hermoso, surge el gris, desparramo desconcierto.

Me enoja el desamor.

20.7.10

conteo

5 limas
Algunas decisiones no corresponden a esas "importantes", no son de esas que encolumnarías en un tu biografía, no, pero sí de esas otras, tímidas y cotidianas que dan curso a tantas otras cuestiones que te descalabran la energía. Hacia allá o hacia acá, lo mismo da.

Es como elegir compartir ese almuerzo con alguien, y sacarte corriendo hacia cualquier otro agujero distinto, caminar rápido, pensar en porqué. Por qué? Qué te dejó el pasado que te parás ahí? Qué rechazaste de aprehender que recurrís a las mismas cuestiones?
Vos sos la que toca las líneas finas de esas fibras íntimas, porque sí. Porque te comprometés hasta la obsesión. Amás. Y odiás. Corrés siempre en el mismo lugar.
Te gusta dolerte con las mismas putas mierdas cambiando de figuritas.
Esas que declarás difíciles, esas son las que vos creés que tienen los afortunados, pero no tiene nada que ver con la suerte. Son de esas decisiones cotidianas que vos no ignorás pero no elegís, definitivamente.

Amás.
Y te vas.

5.7.10

Mierdos

5 limas
Bolsas de comida que nadie compró, bolsas de comida que a nadie alimentó, decorativamente tiradas enfrente del shopping ese que no cambió una chota el barrio, pero si cagó un poco el paisaje de Mañana en el Abasto, esa canción que tanto te gusta.
Miles de muertos, miles que no fueron alimentados por nada, por nada de lo que comimos en nuestras mesas, con servilletas y copitas, por nada distinto, por nada.
Y te metés en la verdu y no sabés si comprar lechuga capuchina o francesa, oh! que gran debate.
Anudarte el estómago por un partido de millonarios, mientras miles agonizan, y vos desayunás al ritmo del relator. Mientras no sabés si edulcorante o azúcar. Si de grasa o manteca.

la realidad inmensa es asquerosa. Es más asquerosa que bella, pero no lo pensemos. Tapemos todo el sol con manos hechas de papel de regalo.