29.10.10

No sé si el estado de vulnerabilidad que me provoca amarte, tanto, es repetible en la vida, porque así como ahora, nunca antes anduve pariendo.

Es como que si colocás tu dedo sobre mi (en forma de piel o de palabras, podés elegir) tenés el poder de hacerme subir a la más alta nube que puedas ver desde tu cama, (o si te place tirado sobre algún pasto lindo) o hundirme. Pero, así, HUNDIRME como se aplasta una arañita bebé. Imaginate, una cagada.

Seguro vos no sabés nada de esto, pero quizás un día lo leas.
Bueno, es para que ese día sepas que para alguien sos poderoso.

Y que yo a veces tengo alas y que otras veces tengo unas míseras patitas que puede pisar cualquiera.

Siento tanto, y entre esas cosas tengo la idea (sentida) loca que un día voy a dar en tu tecla, y que vas a quitarte todas esas capas y sobrecapas que tenés entre medio de los dos.
Pero no, ya lo sé, eso pasaonopasa. Igual dejame que sueñe de a ratitos que un día pasa.