No pude distraer con nada a la tristeza de hoy, sólo se agolpaban los mismos pensamientos y hacían rondas imaginarias, les quise escupir un poquito pero salieron sólo algunas pocas lágrimas. En el trabajo no se llora.
Si tengo que hacer un recuento verdadero de mi vida, es que lugar, lo que se dice espacio real, nunca tuve, siempre fui el relleno egoísta de la historia de otros, empezando por mis padres.
- Te tuve porque quise.
Querer algo no es amor. Es bien distinto, a mi no me engañan, soy grande y sé perfectamente diferenciar un sentimiento del otro. Querer es algo que tomo, y dejo. Amar es dar. Amar es compartir. Amar es acompañar. No es tener, ni en pedo.
Tener es parte de un sistema, tener esto o aquello, y entre esas cosas tener un hijo. Algunos aman a sus hijos, pero creo que este no es el caso más ejemplificador.
Me echaron de mi casa en varias oportunidades, en una de ellas resolví todo adornando una relación insana en una libreta de 50 pesos que me costó varias golpizas.
Después vino otra, que me dejó lumpen otra vez, pero a diferencia de antes, había crecido un poco más y tenía donde acurrucarme. Y me prometí que no iba a jugar más conmigo y mis sentimientos, esa exposición berreta, innecesaria y pobre por un poco de (amor).
Esta es una historia más de muchas pero hoy es mía y me duele.
Y hoy me crecí un poco bastante, hoy, esta semana que voy a resolver mil historias con una firma.
Amame.
Las muñecas cuando se rompen, es en los ojos.