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Desde hace tres veranos, tres, no hago más que destruir(me), durante este, un poco me recluí en libros, otro poquito me escapé, y por último golpe de gracia ataqué y destrozé todo lo que pude algo que quería.Esto es un poco de lo que se me agolpó en la cabeza de vuelta a casa, y que quizás tenga que ver este matarme de a poquito con eso otro que extraño, y que evidentemente no duelé, el mismo fue un hombre harto destructivo, y quien te dice, sino resuelvo eso, me termine enfermando tanto como él, y lastimando tanto así como él hacía, y fuera de todo posibilidad de elección era mi padre, y no se puede negar su naturaleza, su influencia.
Hoy es la primera vez en mi vida que pedí perdón desde lo más, más profundo de mi alma, espero que se haya sentido así.
Una señora no paraba de mirarme en el tren, quizás ella también quería llorar.Al bajar llamé a mi analista, a la que pensé me había abandonado, eso fue un golpe grande, saco conclusiones apuradas, negativas, en vez de hablar, recién ahora está por retomar su trabajo.Mañana arreglamos la vuelta al putito diván.
Eso.
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