3.6.12

2 limas
El borde siempre está, justo, cual pared, fría, el límite espantoso, me choca, me lastima, y me hace pensar un qué inmenso, un cambio? y cómo?
La vida es una muerte diaria y sin embargo, vida, seguir, caminar, crear, y el mundo interno no siempre es luminoso, y cuando oscuro, el miedo.
Qué hacer con el miedo? Cómo esconderlo? De qué forma?
Busco mi cama, naranja, con tanta vida, con tantas manchas, con tanto, pero ahora, la siento muerta, y me tapo, y soy una niña, la que nunca suelto, la que está sola en un departamento, me es imposible pensar en trabajar, madrugar, el frío, la ciudad inmensa, y me siento ínfima.
Quiero una mano, dos manos, tres manos, y no sé cómo hacer. Denme manos, eleven este cuerpo, mi cabeza, mis oscuridades.
Tengo miedo.
Terror, la adultez me está aplastando.

Dios, si creyese en vos, te hubiese rezado algunas cosas, pero no, confío en pastillas, en analistas, en psiquiatras, en la gente que me ama. No es tanta, pero es, pero no quiero obsesionarme, no quiero aplastarlas con todo esto.
Qué espanto.

Soy sólo una persona con miedo.

Escribir salva. Y leer te esconde un poco en otro mundo, un mundo más lindo que estas cuatro paredes repletas de preguntas.

Las oportunidades no llegan y acá me tiro a esperarlas mágicas, pero no me crean idiota, no. Sé que esto no funciona así, pero caminar a buscarlas me es imposible.

Dios es como los padres, los padres son como Dios, severos. No puedo ni siquiera acercarme. Los odio a todos, quiero una abrazo, quiero un está todo bien, pero que esto me ingrese directo a la mente, al cuerpo, al sentimiento.
Un poco menos de dolor, la sensibilidad me está matando, todo me duele, la calle me lastima, los pibes pidiendo, chiquitos, sin nada, son yo.

Yo tampoco tengo nada, lo que tengo no es. No es más que un poco de miseria para vivir.
Que no es vida.


Y así, y así mil veces.

El arcoiris y tus ojos fueron lo más hermoso de este domingo.
Sin vos, sin vos no tendría un sentido ni siquiera este texto miserable.

Te amo. Y a mi me amás vos. Todo estará bien, ya daré el salto, ya el camino no será este.

Gracias por todo. Perdón por esto que soy, al menos en este momento, ya pasará.
Te regalo esto, mis manos, mis ojos, y mis pocas ganas que todavía persisten.